División desde la federación: “circo, sin pan”
El gobierno de México, que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, llevó a cabo el evento conmemorativo a los tres años del triunfo que obtuviera en las urnas en el año 2018 bajo las siglas del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).
Esto, teniendo en la antesala una serie de señalamientos en contra de la actual administración por los “pendientes”, relacionados con las promesas de campaña, así como con las contrariedades del subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, quien señalará que las acusaciones en contra del desabasto de medicamentos y quimioterapias para niños con cáncer, podía considerarse como una campaña “golpista” que está tomando fuerza por el empuje opositor; hecho que enardeció a los afectados, luego de que se mostrara la solicitud de menores con dicho padecimiento.
Por si fuera poco, un nuevo “show” –considerado así por diversos medios y analistas-, fue la presentación de la nueva sección “quién es quién”, que tendrá un espacio dentro de las “mañaneras” que a diario encabeza el presidente López Obrador; está sección, con la que busca –según él- desmentir las supuestas notas falsas que a diario circulan por medios considerados “tradicionalistas” o conservadores, se presentará los miércoles.
Así, con un espectáculo similar a un “stand up”, un tiempo considerable de la información, que emite el líder de las fuerzas armadas del país, serán empleados para sus críticas hacia la prensa; el presidente parece más ocupado y preocupado, por desafiar al sector privado de información con el aparato público, que por resolver las verdaderas denuncias y males por los que atraviesan millones de mexicanos.
El discurso de la división y los unos por encimas de los otros, es claro que no cambiará, mientras se mantengan en el poder; de la misma forma, la polémica desatada sobre la consulta ciudadana, sobre si debe o no enjuiciar a los ex presidentes, es la “bandera” que le ha servido para mantener conexión con un grupo considerable de seguidores.
Con ello, a mitad de mandato presidencial, se avecina un desastre social, pues el principal promotor de velar por la sociedad, continua ocupándose de actividades que llaman a la división y desestabilidad, por lo que los tres años restantes podrían ser pesados, desde cualquier trinchera, social, laboral y económica.
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