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Guerra política, antesala de la elección

Editorial de la semana

El proceso electoral en el Estado de México, ha comenzado con los primeros acontecimientos, referentes a la -muy lamentable- “guerra sucia”, en la que los institutos políticos, a través de sus representantes, buscan realizar acciones que desacrediten, amedrentan o intimiden a quienes encabezan las preferencias del voto.

En el contexto de la calificada “elección más grande e importante en la historia del país” y, en caso particular, del territorio mexiquense, el escenario para los votantes se torna complejo y “manchado” por acciones que poco abonan a este acto democrático, donde las expectativas de participación son muy altas.

Sin embargo, al tratarse de una elección intermedia, una pandemia mundial y las “desoladas” acciones proselitistas, el abstencionismo podría ser el principal factor a vencer. 

Las denuncias por acoso y destrucción de material electoral han ido en aumento, por parte de los aspirantes a un cargo de elección popular. El municipio de Metepec, fue de los pioneros del Valle de Toluca, donde se suscitó una trifulca entre partidarios de la candidata de MORENA-PT-NA, Gabriela Gamboa, y vecinos que se manifestaron en contra de ella; aunque fue la alcaldesa con licencia quien amedrentó a sus contrarios, después declaró que fue la principal afectada. 

Las denuncias las han hecho principalmente los abanderados de las coaliciones PRI-PAN-PRD y MORENA-PT-NA, debido a que se disputan la mayor parte del territorio y representan las estructuras más grandes en número de votos. 

Por otra parte, en el norte del Estado, un grupo de abanderados del PVEM denunciaron, ante medios de comunicación, el condicionamiento de la entrega del programa social estatal “Salario Rosa”, con la intención de que los beneficiarios apoyen a los candidatos afines al mandatario mexiquense -PRI y sus aliados-, de lo contrario perderán el beneficio. 

Estas maniobras son las que anteceden a la “fiesta democrática”, que tendrá lugar en un par de semanas, por lo que es claro, que los ánimos suben y la seguridad electoral se torna muy difícil.